domingo, 30 de noviembre de 2008

Para ti.

Suelo implotar con facilidad y como sabes cómo soy vienes, me preguntas, me lo sacas a peso de paciencia y te lo suelto a bocajarro.

A mí las tardes me superan y a ti las mañanas te comen viva.

Tenemos formas muy parecidas de ver la vida y maneras muy distintas de actuar.

Pero supimos encajar las piezas del mecanismo que hace que nuestra amistad se mueva a ritmo de relojería suiza

Nada ni nadie va a poder con ella y mucho menos nosotras mismas.

Sé por lo que estás pasando y sé cómo son los recovecos del alma humana cuando se atraviesan estos puentes colgantes.

Lo único que quiero es que sepas que yo estoy en la otra punta sujetando las cuerdas para que se mueva lo menos posible y que te abrazaré al llegar.




Noviembre n0 es el mejor mes.
Te quiero mucho.

martes, 25 de noviembre de 2008

Nada bueno, nada bueno...

Hoy me ha saltado una cabra montesa casi encima del capó del coche. He soportado a una comensal discutiendo por teléfono con la mujer de su amante y he oído como la amenazaba con denunciarla a la vez que le hacía burlas impostando la voz y diciendo "uuuhhh no sabes el miedo que me das". He hecho un gesto desagradable a un conductor imbécil que pretendía que adelantara a un camión con línea continua y prohibición de velocidad de 60 Km/h. He cortado una conversación enre dos personas que se están dando un tiempo hasta que se aclaren. He propuesto un plan para el puente que me han rechazado. He tratado de hacer entender sin éxito. Me he sentido culpable por algo que no debiera,.Y me he mordido la lengua para no discutir con medio mundo hasta el punto de que ahora la rabia contenida trae imagenes a mi cabeza tales como:
- Yo revoleando el ordenador.
- Yo desapareciendo del mapa.
- Yo gritando como una posesa.
- Yo roja y con humo saliéndome por las orejas, los ojos y la boca.
- Yo con respiración gitada y convulsionando.
- Yo corriendo a lo Forrest.
- Yo dando guantazos a diestro y siniestro.
- Yo pegando patadas a los neumáticos de mi coche, del coche del vecino y de la moto de la chica del cuarto.
- Yo estampando programas de cursos contra la pared.
- Yo mandando a todo el mundo a tomar por saco.
- Yo diciendo desaforada "ni te me acerques"
- Yo con lágrimas de agotamiento.
- Yo decepcionada conmigo misma por tener tan poco aguante.





lunes, 24 de noviembre de 2008

Puajjjjj!!!

Se me acumula el trabajo, así que os haré la crónica negra de la que hablé en el último post.
¿Alguna vez habeis comido frente a alguien que mastica con la boca abierta de par en par y tiene facilidad para la tos gratuita y sin motivo alguno?
Pues yo si.
Banco minúsculo de madera, mesa con hule de cuadritos verdes y blancos, cenicero de cristal con cenizas y alguna colilla, y señora de mediana edad que no tiene otra cosa que pedir que OREJA.
Nosotras dábamos cuenta del pulpo a la gallega con un poco de pimentón picante de más pero muy rico, cuando me da por mirar al frente llevada por la curiosidad de un tosido contundente y veo como un trozo de oreja de animal cocinado sale de la boca de la señora antes citada describiendo una parábola perfecta que vuela lentamente por los aires y va a parar a mi hombro izquierdo.
Acto seguido noto como se me pone el pelo de punta y una angustia vital se desplaza directamente desde mi estómago hasta mi garganta.
Desde entonces hasta hoy no he sido capaz de salir del trance. De ahí mi ausencia de todos estos días.



Este vídeo está especialmente dedicado a Polita que vive en la era Glacial, a Veri porque algo tiene que ver con el anunciado y a Shopetegui porque seguro que le hace gracia.

He dicho.

martes, 18 de noviembre de 2008

Continuará...

Hallábase mi persona dispuesta a conocer una ciudad del todo desconocida (para moi) y decidí (mos) que lo mejor era spend a whole weekend there a tal efecto.
Llegué tarde a mi aeropuerto, corrí como una posesa hasta la puerta 8 sin descalzarme y a sabiendas de que Emilín viajaba conmigo en la bodega reposé tranquila mi cabeza tratando de dejarla en blanco por si se producía cualquier eventualidad en forma de turbulencia malintencionada.
Llegué pronto a su aireportua, y esperando la maleta localicé con la vista la irteera y el bus que me llevaba al centro. Esperé media hora y tras media hora más la Unión hizo la fuerza y me llevó a una estación de más de 30 años de provisionalidad.
Bajé, saludé con la mano, y una amplia sonrisa con paraguas bajo el brazo me devolvió el gesto.
“Esta es una ciudad para pasear” me dijo mientras las hojas secas y caducas sonaban bajo nuestros pies con crujeterío otoñal y un montón de gente con abrigo y bufanda caminaba sin prisas por el centro de la arboleda.
Anochecía…y como estaba ocupada nos fuimos a tomar café y a departir sobre todo lo que se nos viniera a la cabeza: viajes, bondad, religión, crueldad, injusticias, locuras, gemelos, hermanos, trabajo, tiempos pasados…y así de charla ni siquiera pude pagar (aunque queda pendiente para próximas visitas al sur).
Pasamos por una farmacia casi cerrada, nos lloviznó y en apenas dos minutos (diez desde cualquier sitio)encontramos refugio con música y todo.
De ahí a cenar cordero con espuma y algunas otras exquisiteces regadas con Pierola y coronadas con un postre de madrastra revenida que hizo las delicias de todos.
Mejor comienzo imposible, pero que nadie se preocupe, hay crónica negra...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Con mis mejores deseos...

Con ayuda de Sabina, va por ti Veri.



Que el maquillaje no altere tu risa, que para eso te pintas el ojillo, para que la embellezca.
Que el equipaje no lastre tus alas, y sigas viajando en plan pocholo con la mochila a cuestas.
Que el calendario no venga con prisas, ya sabes, paciencia y nada de brazos en jarra y pie derecho en movimiento.
Que el diccionario detenga las balas y te dé victorias en las casas rurales.

Que las persianas corrijan la aurora, no la que fuma porros sino la inglesa, donde nos conformábamos con cortinas dobles.
Que gane el quiero la guerra del puedo, aunque para eso primero tengas que averiguar cuál es tu quiero.
Que los que esperan no cuenten las horas, porque lo único que hacen es alargarla.

Que los que matan se mueran de miedo, como el vecino de arriba que nos aterró aporreando la puerta por culpa del segundo movimiento de la patética de Beethoven.

Que el fin del mundo te pille bailando, moviendo la cadera derecha arriba y abajo, aunque mejor que no nos pille.
Que el escenario te tiña las canas, si Veri… que tienes algunas y mal disimuladas, jajajaja.
Que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, ni ciento volando, ni ayer ni mañana, porque así es como eres.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.


Que las verdades no tengan complejos para expresar razones, ideas y sentimientos
que las mentiras parezcan mentira para que nadie se confunda.
que no te den la razón los espejos porque hay algunos que deforman verdades y verifican mentiras.
que te aproveche mirar lo que miras: cuando el muñequito verde se encienda cruzas.

Que se divorcie de ti el desamparo y la soledad y la nostalgia.
que cada cena sea tu última cena ya sea con "watabit" o con tiramisú.
que ser valiente no salga tan caro por mucho que cueste y poco que se valore.
que ser cobarde no valga la pena porque envilece y te haría pusilánime y débil.

Que no te compren por menos de nada, nadie, pero nadie nadie.
Que no te vendan amor sin espinas, porque nadie dijo que fuera fácil..
Que no te duerman con cuentos de hadas que para eso ya estamos mayorcitas.
Que no te cierren el bar de la esquina, que sé que te daría pena por mucho que me acuses a mí de pillar chuzas en cumpleaños, tengo fotos que demuestran lo contrario…


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una señal del destino...

Lleno mis pulmones de aire más lentamente que de costumbre.
Cierro los ojos.
Sonrio.
Me dejo llevar por un sueño real.
Vuelvo a sonreir.
Imagino la llegada, el encuentro, el decir sin palabras.
Oigo tus carcajadas explosivas y veo más allá de lo que muestras.
Huelo el frío y noto el vaho.
Saboreo el aroma de un café solo.
Disfruto con el paisaje a través de la ventanilla.
Se me acelera el corazón... y no he llegado aun.


lunes, 3 de noviembre de 2008

La Señora

Farmacia de barrio (muy a lo José Manuel Paradas) a las 10 de la mañana.

Minijefe y yo apostados en la entrada al lado de la maceta de aspidistras buscando un paragüero y un pañuelo para secarnos el agua que nos había caído encima.

De pronto noto un codazo y un susurro que me dice “mira, Omaita”

Giro mi cabeza 45º a la derecha y allí estaba.

Bata de paño azul con cuerda de atar jamones como cinturón enfundando el cuerpo de lo que parecía una señora de 80 años made in England . Nada debajo, calcetines tobilleros rosa fucsia con los acabos ennegrecidos y flocados, zapatillas de escalada azules con listas blancas, cabeza con pelo corto y peinado extraño (coronilla tiesa)y orejas enormes sosteniendo unas gafas de sol lila último modelo, patillas anchas incluidas.

La farmacéutica sale de la rebotica con medicamentos para una chica que esperaba y según empieza a cortar precintos mira a la señora y la dice: Rosaaa, que de tiempooo, ya veo que has sacado la indumentaria de invierno, hay que ver el frío que hace…

Y Rosa, pasando del saludo se acerca a la chica y le dice a voz en grito: eso me lo tomé yo el año pasado y es buenísimo, iba yo la mar de suelta, vamos que tenía que salir corriendo, y eso que llevaba dos o tres semanas de atasco.

La chica, que lo único que quería era pasar desapercibida le mira medio sonriente y roja como un tomate y se retira un poco de su vera.

Rosa se le vuelve a acercar y le dice: uy, y esa caja de ahí también la tomé yo. Tenía unos picores ahí abajo que estaba todo el día rascándome ¿a ti te pasa igual? En dos días se te quita con eso.

Y la chica más roja aun le vuelve a sonreír e intenta tomar distancia.

Rosa vuelve a acercarse, y justo estaba a punto de volver a decirle algo cuando la farmacéutica le dice:

vente conmigo, que voy a tomarte la tensión a ver cómo estás hoy.

La pobre chica suspiró aliviada, cogió sus medicamentos y salió de la farmacia volando, como un tomate y con la cabeza gacha…

Minijefe y yo nos quedamos con la duda de saber cuál iba a ser su siguiente envite.

Que pena…