jueves, 13 de marzo de 2008

No quisiera ser feliz a causa de ser idiota

El otro día, (hace dos con hoy), salió a la palestra.
Yo no quería. Estaba bien guardadito con el único fin de poder continuar sin más.
Lo de search into myself puede llegar a ser ahora tan peligroso como la apertura de la famosa cajita. (La de Pandora, digo).
No sé si prefiero averiguar qué pasa, o si por el contrario, seguir cubriéndolo con alfombras de damasco de 20 centímetros de altura seguirá beneficiándome como hasta ahora.
Táctica de avestruz, lo sé. Pero si lo pienso friamente, ellas parecen felices (idiotas, pero felices).
Menos mal que otras facetas de mi vida van bien.
Compensemos pues.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

En realidad no era una caja sino un ánfora...Esconderse de una situación puede llegar a ser provechoso, pero huir de los propios sentimientos es huir de uno mismo. ¿Acaso quieres vivir completamente ajena al mundo que te rodea, a tu mundo interior, en una vida en la que ni siquiera tú seas verdad? Quizás sea una buena estrategia, porque, por lo que sé, nadie es tan feliz como aquel que vive completamente engañado.

Anónimo dijo...

No creo que exista una realidad tan absoluta, existen matices... Podemos querer huir de algo y no poder, lo que no significa que no queramos huir...Es la eterna combinación mente-corazón.Es necesario, en mi opinión, engañarnos a nosotros mismos, es decir, ser los mejores actores de nuestra vida (sin sobreactuar por supuesto) ya que al igual que un actor que se sube al escenario y olvida todo lo que le ha sucedido previo a los 5 min de la actuación, nosotros, en ocasiones, debemos crear un escenario de nuestra vida para sentar las bases de una nueva obra. Sino, dificilmente podamos volver a actuar.