lunes, 24 de marzo de 2008

Me quedé como un cuadro a tu pared pegado.

Hay días en los que la luz de la mañana ahoga la frente de recuerdos y emociones ya vividas.
Hay días en que los pensamientos se unen entre si y forman una soga indestructible incapaz de ser cortada por nada ni nadie.
Hay días que sobrevienen a noches interminables de vueltas y vueltas y más vueltas.
Hay días en los que el corazón no para de bombear y no porque estés viva, sino porque intenta hacértelo saber.
Hay días oscuros eternos.
Hay días de soplos y huracanes, de idas sin retorno, de vueltas sin medida.
Hay días en los que una sonrisa cuesta un mundo que no se valora.
Hay días como el de hoy en los que toda yo menos mi razón desearían dejar de pensar y volverme a la cama hasta el infinito.


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