martes, 30 de octubre de 2007

Y llorar por él, y esperar de pie ...

- ¿Alguna vez me has querido?- Preguntó la roca al mar

- ¿Por qué dices eso? ¿No me has visto siempre a tu lado? ¿Qué más pruebas necesitas?- Respondió

- No quiero pruebas, quiero sentirlo – Dijo ella – Yo siempre estoy aquí esperando a que vuelvas sin moverme de mi sitio, sin mirar a otros mares, sin embargo tu vas y vienes, visitas otras playas, llegas a otros acantilados con miles de rocas como yo y cuando vuelves no dices nada, y hasta te enfadas si pregunto.

- No hay nada que decir – Contestó el mar sin mirarla.

- Mírame, siempre he sido fuerte. Ni el viento puede conmigo. Hubo un tiempo en que cuando venías, mil veces podías acercarte a mi y ni siquiera me rozabas. Pero me conseguiste, y deberías sentirte orgulloso sabiendo como sabes que no hay roca como yo. Sin embargo te has dedicado a chocar contra mi y a herirme tanto que pequeñas lascas se desprendieron de mi cuerpo. Me dijiste que no le harías daño a mi corazón, y lo has roto en mil pedazos, has quebrantado mi base haciendo que toda mi confianza en ti se desplomara, y ahora ya no sé recomponerla, porque lo intento pero tus respuestas no me valen.

No me vale tu altanería ni tu autosuficiente inmadurez, no me valen tus humos ni tu espuma, y mucho menos me valen tus reproches cargándome tus culpas y tu victimismo sin razón.

- Me voy, para hablar de esto no debería haber venido - espetó el mar.

- Esperaba eso de ti, cuando se ponen las cartas sobre la mesa desapareces. Eres incapaz de tener la decencia de quedarte. Sólo piensas en cómo te sientes tú y en lo incómodo que es no esconder la mierda bajo la alfombra en estos momentos y dejar el tiempo correr.

No te has parado ni un segundo a pensar que me has destrozado la vida, que tus mentiras te han desprestigiado y que tu actitud cobarde sólo ha dicho de ti lo que eres en realidad.

- …

- ¿Sabes qué es lo bueno de todo esto?
Que yo sigo siendo ROCA y lo seré mientras viva, y que tú serás mar, inestable y loco, revuelto y húmedo, traicionero y huidizo y a nadie le valdrá tu falso canto de sirena ajada.



Lo anuncio

...He vuelto.
Mucho más, próximamente en su pantalla amiga (la del pc).


lunes, 15 de octubre de 2007

Post de V. Di Piu (I)

Veri, que como comentarista profesional no tiene parangón, me ha pedido encarecidamente el favor de hacer suya esta tribuna pública por el anverso (es decir por los post) y no por el reverso (osea, por los comentarios) que es por donde ella normalmente hace sus apariciones estelares.

Así que transcribo palabra por palabra sus sentimientos y ruegos tal cuales ella me los ha hecho saber.


Estimados todos:

Llegado este punto en el que habéis conseguido hincharme las narices, (y mira que los que me conocen saben que tengo flexibilidad en las aletas nasales), por vuestro silencio repetido, me veo obligada a enviaros un post para meteros en cintura.

Me permitiréis que me refiera a la gente más cercana:

- Little Britain: es posible sacar diez minutos para contestar a este tu blog y vínculo de unión con tu spanish family.

- Sito: Me consta que tus obligaciones laborales no te impiden compaginarlo con algún comentario en este blog.

- Amar: me da la sensación que puedes aportar comentarios muy buenos a este blog porque tienes el aval de “amiga de Meli”.

- Luci: te salvas porque aun no tienes el link de este blog.

Dicho esto, confío plenamente en vosotros y en que entre todos hagamos el esfuerzo de dar vida a este blog que con tanto entusiasmo cuida y alimenta nuestra amiga Meli.

Sin más, se despide atentamente Veri La Macarra.




Esto empezó siendo un lugar donde escribir pensamientos, sentimientos, emociones, recuerdos y fantasías, pero está tomando unas dimensiones que escapan a mi imaginación.
Si alguien más quiere seguir el ejemplo de Veri y animarse a escribir posts sólo tiene que enviarlos a la dirección blogdemeli@gmail.com y lo verá publicado con su nombre y el color de letra que más le guste.

domingo, 14 de octubre de 2007

Si se callase el ruido oirías la lluvia caer.

Le envié una canción a Veri hace unos días y lo había olvidado hasta que esta tarde me lo ha recordado en medio de nuestra conversación: "Por cierto Meli, la he estado escuchando y me parece muy igual ¿no? muy Ismael Serrano, con el mismo tonillo y las mismas formas"
Y puede que tenga razón, pero para mi fue evocadora.

A veces me da por recordar las tardes de lluvia en el pueblo, cuando éramos pequeños y notábamos como la humedad se iba colando por todos sitios hasta sentirlo a través de las rebecas de punto. El viento nos quemaba la piel y aparecíamos con la nariz roja en la casa buscando la camilla y evitando (en mi caso) el olor de la leche caliente de la merienda.
Luego nos levantábamos y mirábamos al patio. Se oía el repiqueteo de las gotas de agua chocando contra las grandes y verdes hojas de aspidistras que se doblaban y volvían a su posición como si fueran muelles naturales. Y según como nos diera, nos íbamos al zaguán para ver cómo iba la calle de agua (agua transparente que corría hacia las alcantarillas por los bordes bajos de las aceras).
Sonrío porque me parece ver a la vecina de enfrente asomada también, con los brazos cruzados encogida por el frío y diciendo "ay que ver como llueve ¿eh? me voy para dentro que aquí es mejor no estar"
Después subíamos a las cámaras y nos poníamos a estudiar si es que no nos embobaba el hombre que salía corriendo del bar hacia su casa, o la amiga que llamaba a la puerta porque se había enterado que ya habíamos llegado.
Son momentos que se quedan grabados (como tantos otros) y que aparecen cuando menos lo esperas motivados simplemente por una bonita canción.



Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
Si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza.


miércoles, 10 de octubre de 2007

Nada

Y hoy como estoy poco inspirada y llevo días en que ni musas ni musos me visitan pongo un vídeo bonito, o por lo menos de una canción bonita, y si no lo es, a mi me gusta.



Lo sé, estoy asolanada, pero no puedo hacer nada hasta que cambien los vientos.

He dicho!

Ah me he acordado de un anuncio que me encanta porque le veo mucho mérito. No consigo distinguir muy bien los bajos de los tenores ni las contraltos de las soprano, pero me maravilla:






domingo, 7 de octubre de 2007

A vosotros

He comprobado que hay que caminar en la vida para poder llegar a buen puerto. Es posible que tengas suerte y con dos pasitos que des encuentres lo que ibas buscando, pero en mi caso no ha sido así.
Hace años me entristecía pensando en por qué si no le haces daño a nadie, tienes la mala fortuna de cruzarte con gente que sí te la hace a ti, llamémosle envidia o simplemente maldad.
Me sentí sola en muchas ocasiones y acabé por pensar que el mundo estaba lleno de inmorales y de personajillos de tercera que estaban ahí de relleno sin más cometido que el de provocar llagas y meter sus dedos salados en ellas.
Hoy día el panorama es bien distinto para mi. La suerte me ha sonreído y me ha mirado de frente. He encontrado (y continúo encontrando) a personas tan fascinantes y tan buenas que aun sigo deslumbrada.
Han conseguido que confíe en ellos, me han dado fuerzas en los peores momentos, me han llenado de abrazos (reales y en la distancia) y sensaciones que ni yo sabía que existían y para las que no tengo una definición exacta, le han dado paz a mis horas de desvelo, y me han hecho ver que pase lo que pase siempre están a mi lado. Nunca han pedido nada a cambio, de hecho muchas veces he tenido poco que ofrecer, y aún estando así me han cogido de la mano y me han levantado.
Sois vosotros. Los que leéis esto, los que comentáis, los que os interesáis por mi y opináis acerca de todo y de nada. Los que me entendéis y sabéis estar.
Gracias por pasear conmigo y no dejarme vivir sola mi propia vida.




viernes, 5 de octubre de 2007

Tic - Tac

Somos intolerantes, nos ponemos nerviosos y cualquier cosa que nos digan a lo que no le veamos lógica nos hace retroceder y mirarlos como si estuvieran mal de la cabeza.
Han vivido (y siguen viviendo) una vida entera, con montones de pasajes, de anécdotas que sólo ellos saben encuadrar bien porque las pasaron con sus familiares más cercanos, con sus vecinos de toda la vida, con el médico del pueblo que era como uno más y con sus amigos, porque hubo en tiempo en que su entorno no se limitaba a sus hijos o nietos, también salían autonomamente, daban paseos y se divertían.
Tienen multitud de rinconcitos en su memoria, y en ellos hay de todo. Según sea la persona así pesan más los buenos recuerdos que los malos.
Lo que es seguro es que cuando están sentados y callados, por su cabeza no dejan de pasar situaciones de antaño, porque a veces sonríen y dicen "me estaba acordando de aquella vez que fui con mi padre a no sé dónde porque vio un mantón de manila que quería regalarme y pasó esto, aquello y lo otro", y otras veces se ponen tristes y suspiran y dicen "que pena aquella vez que esperando que no sé quién se recuperara se nos fue a los pocos días sin poder hacer nada por él"
Nosotros conocemos su vida desde un ángulo muy particular (el nuestro), pero hay muchísimo que nos perdimos, puede incluso que los momentos que ellos consideran más hermosos, más tiernos o más divertidos y ya no queda nadie con quien los puedan comentar al mismo nivel.
A veces, cuando la miro pienso en como será mi vejez y me consuelo pensando que para eso aun queda mucho.
Con quién compartiré esos días y a quién le contaré mi vida, ¿estaré con mi familia? ¿quien será mi familia? ¿cómo habrán cambiado los tiempos? ¿seré capaz de usar el último supermegainvento de turno igual que ella maneja de maravilla su móvil?
En fin, mejor sacudir la cabeza y que desaparezcan estos pensamientos.
Lo que tenga que ser será e irá surgiendo con eso que no deja de pasar y que se llama tiempo.


martes, 2 de octubre de 2007

Oui Mademoiselle


Paris, la ciudad del amor.

Estoy a un tris de sacar los billetes y disfrutarla en buena compañía.

Se ve preciosa en fotos durante el día, pero por la noche parece tener el mayor de los encantos con los puentes y los monumentos iluminados, y con las callejuelas de farolas a media luz.

Es mi asignatura pendiente, y siempre he ido posponiéndolo, pero el otro día, Veri me dijo que hay que exprimir cada momento y me di cuenta de que si no vives cada día como si fuera el último “no le extraes todo el meollo a la vida”, como bien decían en el Club de los Poetas Muertos –preciosa película, por cierto.

Mañana llamaré a Jeidi para que me diga exactamente cómo sería el viaje, y si todo cuadra en un mes estaremos disfrutando de una de las ciudades más hermosas del mundo.




lunes, 1 de octubre de 2007

De cómo L.B. devolvió la vista a un ciego

¿Dónde cenamos?
Esa fue la única pregunta que sobró en toda la noche.
Estaba claro que iríamos al famoso pueblo de cuyo nombre Little Britain casi no quería oír hablar.
Sito y yo habíamos reservado en el sitio que más apropiado nos pareció, y tras recoger a Veri de las mismísimas vías del AVE en St. Justine Station nos decantamos por ir a tomar una tila dado el estado en el que L.B. había vuelto de esa tienda extranjera de muebles para montar a la que tan aficionado es, y así también hacíamos tiempo hasta que llegara la hora de cenar.
Paka estaba agotada, aún así seguía riéndose con los mismos chistes y prestaba atención a todo lo que decíamos incluso cuando hablábamos en español.
L.B. se tranquilizó y volvió a ser él, menos en el momento en que nos contó que le hizo fotos a la matrícula del coche que había aparcado detrás y casi encima de ellos.

Lluvia en Sevilla City.
Caían chuzos de punta, pero la hora de cenar estaba próxima, así que carretera y manta.
Llegamos al restaurante. Paka pidió lenguado a la plancha y el resto (menos yo) carne.
Admirando estábamos las paredes del local (pintadas en verde lima) y las cornisas de escayola del techo (en naranja) cuando de repente Vericueta Di Piu comienza a hacer extraños movimientos con la cara. Pensé que le hacía carantoñas a cualquier bebé de por allí, pero como no había niños por ningún sitio le pregunté qué le pasaba.

- Me molestan las lentillas.
- Uf, no sabes como te entiendo. Pues quítatelas, total, son de usar y tirar.
- Pues si, es verdad.

Y ahí fue cuando empezó a fraguarse el milagro.
Veri dejó las lentillas sobre la mesa, y L.B. que estaba justo enfrente vio la ocasión de hacer una buena obra. Le quitó el plato a Paka y tras hacer una arcaica prueba de la anestesia consistente en toquetear la espina dorsal con los dedos índice y corazón de la mano derecha y comprobar que el lenguado no se movía, procedió a llevar a cabo el difícil reto de despejar de tinieblas la visión de un pobre pez a la plancha reciclando en lo que yo llamaría una magnífica obra de ingeniería las lentillas de Di Piu y colocándoselas sobre el iris (que costó lo suyo identificar).
Justo vinieron a retirar los platos en ese momento y no pudimos comprobar si el animalito en cuestión pasó del postoperatorio, pero lo que si certifico es que hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano y con la mayor asepsia del mundo. Una lástima no tener Germolín y una venda en disposición.

Lo de que aquella noche no tuvieran flan-puding de postre porque no hubo producción regurgitosa por parte de los clientes lo dejaremos para otra ocasión, momento en el que contaré también como Venus se despachó a gusto con el navarro que llamó por teléfono…